Diagrama que representa las órbitas de todos los objetos del disco difuso hasta 100 ua, en oposición con las órbitas de los objetos del cinturón de Kuiper (en gris) y de los cuerpos en resonancia orbital con los gigantes gaseosos del Sistema Solar interno (en verde). La excentricidad de las órbitas se representa mediante líneas que se extienden desde el perihelio al afelio; la inclinación orbital se representa en el eje de las ordenadas. Los cuerpos del disco difuso no presentan nunca perihelios inferiores a las 35 ua, y se sitúan por tanto bien alejadas de la zona de influencia gravitacional directa de Neptuno (líneas rojas). Los plutinos (en gris, Plutón y Orcus) y los objetos en resonancia orbital 2:5 (en verde) pueden alcanzar distancias menores que Neptuno sólo porque sus órbitas son menos estables por los fenómenos de resonancia. Autor: desconocido.
El disco disperso (también conocido como disco difuso) es una región del Sistema Solar cuya parte más interna (localizada a unas 35-38 ua) se solapa con el cinturón de Kuiper (localizado a 30-50 ua del Sol) hasta una distancia desconocida que podría ser de unos cuantos centenares de ua y también a otras inclinaciones por encima y por debajo de la eclíptica. Está poblado por un número incierto de cuerpos celestes (de momento se han descubierto unos 90) conocidos con el nombre de objetos dispersos, o simplemente objetos del disco disperso (en inglés scattered-disk objects o SDO), y que forman parte de la familia de los objetos transneptunianos. Son cuerpos helados, algunos de más de 1.000 km de diámetro (el primero de los cuales fue descubierto en el año 1995), siendo el miembro más grande del grupo el planeta enano Eris, descubierto en 2005.